La escritora Diablo Cody y la directora debutante Zelda Williams desentierran una monstruosidad asesina de la adolescencia femenina con una historia de un gótico adolescente de la década de 1980 que reanima a un músico de la era victoriana.
La ópera prima de Zelda Williams está ambientada en 1989, encajada entre Heathers de Michael Lehmann y Beetlejuice de Tim Burton (ambas de 1988), y Edward Scissorhands (1990) de Burton, con una heroína que gradualmente se transforma en una gótica adolescente inspirada en Winona Ryder (que protagonizó las tres películas) a medida que la trama se complica.
El apellido real de Lisa (Kathryn Newton) no es Frankenstein sino Golondrinas, una broma barata en una película llena del tipo de insinuaciones sexuales que corresponden a la historia de la vergonzosa mayoría de edad de una joven, pero no obstante, esta es una reinvención de la novela de Mary Shelley de 1818.
Se da a entender que Frankenstein es el apellido del músico del siglo XIX, acreditado solo como la Criatura (Cole Sprouse), a quien Lisa resucita accidentalmente y ayuda a coser, transformándolo de zombi desmembrado a héroe byroniano. Mientras tanto, Lisa comparte su nombre de pila con la figura de fantasía masculina generada por computadora interpretada por Kelly LeBrock en Weird Science (1985) de John Hughes, excepto que aquí los géneros se invierten y es la traumatizada y desquiciada Lisa cuyos sueños vengativos/cachondos-incluido uno en el que es una novia monocromática de Frankenstein bajo un Méliès (hombre en la luna)-se están realizando.
Las partes faltantes del monstruo (oreja, mano, pene y testículos) se complementan gradualmente con apéndices cortados de los enemigos de Lisa, cuyos cadáveres mutilados son arrojados al cementerio de Bachelors’ Grove de donde renació la criatura. Pero también hay algo más que un mero indicio de que este monstruo no es tanto una criatura de carne y hueso como un compuesto imaginario de los deseos y neurosis de Lisa. Después de todo, al igual que Lisa todavía se está recuperando de un mutismo traumático después de que su madre fuera asesinada, la Criatura también es muda (aunque, como Lisa, gradualmente encuentra su voz), y en sus «conversaciones» Lisa habla por ella.
Solo Lisa ve a la Criatura (o se refiere a haberla visto), se mantiene escondida literalmente en su armario, y su arma preferida es del mismo tipo, un hacha, que masacró a la madre de Lisa. La grotesca madrastra de Lisa, Janet (Carla Gugino), que es enfermera psiquiátrica, ciertamente piensa que Lisa está «loca», y circula un rumor (creíble) de que Lisa fue realmente quien mató a su propia madre, en lugar de un invasor de casas al azar y nunca atrapado directamente de los slashers de la década de 1980 en los que se crió la generación de Lisa.
Al igual que Jennifer’s Body (2009) de Karyn Kusama, también con guión de Diablo Cody, Lisa Frankenstein desentierra una monstruosidad asesina de la adolescencia femenina, el empoderamiento y el eros, al tiempo que reafirma gradualmente la (hermanastra) sororidad. Es una lástima que los chistes, como el pequeño novio de Lisa, sean tan fragmentarios.
► Lisa Frankenstein ya está en los cines del Reino Unido.