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BOLIVIA: German Monje, director de ADECINE, busca soluciones para solventar la crisis del cine nacional.

El director de la Agencia de Desarrollo del Cine y Audiovisual Bolivianos (ADECINE) trabaja por la revisión y promulgación de una ley del cine para conseguir fondos.

German Monje en la IV Jornadas de cine Boliviano

La producción cinematográfica en el país sudamericano, Bolivia, cuenta con fondos insuficientes que fomenten la producción, distribución y proyección del cine nacional. Más ahora al no pagar la cuota anual que corresponde al programa IBERMEDIA (uno de los programas de ayuda y cooperación a la cinematografía iberoamericana más importantes) para tener ayudas a la producción, coproducción, desarrollo y series de ficción que se busquen realizar en territorio boliviano.

Dicho retraso desde el 2018 tiene a todo sector preocupado (en especial la mano de obra o equipo técnico y artístico) al temer que su país, Bolivia, no pueda permanecer al programa que mayores facilidades permite a producción nacional y trabajos de formación como el XIII Bolivia Lab, uno de los encuentros más interesantes del país para incentivar, educar y apoyar el cine nacional.

Todo comienza cuando la expresidenta de ADECINE, Roxana Moyano, intenta promulgar una nueva ley del cine en el 2018 tras reunirse con todo el sector audiovisual con el fin de conseguir más fomento e inversión para el cine Boliviano. Sin embargo, el Ministerio de cultura y Turismo, junto a la misma ADECINE, cierra sus puertas tras las consecuencias de la pandemia del 2020 y no sería hasta un años después (2021) que con al nuevo gobierno presidido por Luis Arce la agencia retomaría sus actividades. Desde entonces, German Monje, nuevo presidente de la ADECINE, retoma los planes planteados por Roxana y promulgar una nueva ley ante un nuevo Ministerio de Cultura yTurismo.

Aún así, la promulgación de la ley sigue en retraso éste 2023 (2 años) con un contexto cada vez más complejo y burocrático gracias a que, en este caso, se exige indicar la característica del cine latinoamericano a nivel industrial, de autor e indígena comunitario, un requisito que incluso pide análisis de la taza administrativa aunado al código tributario, lo que provoca un retraso significativo para tener un reglamento atractivo a la inversión cinematográfica.

Por los momentos, la agencia sigue trabajando en pagar la cuota de IBERMEDIA, recuperar la distribución del cine local y promocionar el cine boliviano que, tras la caída del Programa Intervenciones Urbanas (PIU) que buscaba incentivar proyectos creativos en el marco de la tecnología, el audiovisual, deporte e industrias creativas del país, a empeorado en los últimos años.

Se espera que las demandas del sector junto a las notas enviadas por German Monje a la cancillería para cumplir con los compromisos internacionales, rindan frutos mientras el 89% de cine que se consume en Bolivia es de Estados Unidos, el 5.5% de Europa, 2.4% Iberoamérica y el 1.8 % de otros países. Lo que refleja que el consumo de cine boliviano no alcanza ni al 1%, según datos dados por el presidente de la ADECINE en la IV Jornadas de cine Boliviano.

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