ESPAÑA: La Seminci celebra su gala de clausura y otorga la Espiga de Oro a la francesa ‘Misericordia’
Un año más, Valladolid se despide de su semana de cine. En esta 69ª edición, la Seminci premia a Misericordia, de Alain Guiraudie, con la Espiga de Oro, destacando su enfoque audaz y su brillante guion. El cine español también ha brillado con títulos como Polvo Serán y Salve María, que consiguieron la Espiga de Plata y el premio a mejor actriz, respectivamente.
Gala de clausura de la 69ª edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci)
La 69ª Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), que dio su pistoletazo de salida el viernes 18 de octubre, culminó este pasado sábado, 26 de octubre, en una emotiva Gala de Clausura. La noche rindió homenaje a figuras imprescindibles del cine español, como Concha Velasco y Patricia Ferreira, abordó temas contemporáneos como la situación en Palestina, y otorgó sus máximos galardones a los ganadores de la noche. La gala, celebrada en el histórico Teatro Calderón, fue presentada por Elena Sánchez y la artista Miss Beige, en una ceremonia que destacó tanto por sus momentos de nostalgia como por la entrega de los codiciados premios.
El máximo galardón de la Seminci, la Espiga de Oro, fue otorgado al thriller rural Misericordia, del director francés Alain Guiraudie. La película, que combina elementos de humor negro y drama, fue destacada por el jurado por su capacidad para meditar sobre temas complejos como el deseo y la culpa bajo una aparente ligereza. La historia de Misericordia sigue a un grupo de personajes en una pequeña comunidad rural, centrando su narrativa en las tensiones emocionales y los secretos que ocultan los habitantes del pueblo. A través de una serie de encuentros y desencuentros, la trama explora las relaciones humanas marcadas por el deseo, el arrepentimiento y la búsqueda de redención. Guiraudie utiliza el paisaje rural como un personaje más en la historia, creando una atmósfera cargada de misterio e intriga.
Como hemos mencionado, el director ha sido elogiado por su habilidad para tratar temas difíciles con un estilo que combina elementos de humor negro y crítica social. En Misericordia, este enfoque se utiliza para confrontar al espectador con la hipocresía y los tabúes que rodean temas como la sexualidad y la moralidad en la sociedad contemporánea. La película invita a reflexionar sobre la complejidad de los deseos reprimidos y las consecuencias de las acciones impulsadas por estos.
Guiraudie fue galardonado también con el premio Miguel Delibes al Mejor Guion por su film. El guion fue elogiado por su capacidad para manejar el tono y crear una historia que es a la vez compleja y accesible. Los diálogos agudos y la construcción meticulosa de personajes han sido algunos de los aspectos más destacados por la crítica.
Durante la gala, Guiraudie aprovechó su discurso para expresar su deseo de paz en regiones como Palestina, recalcando la conexión que tiene su cine con lo social y lo político, con temas de justicia y reconciliación más allá de la trama principal de la película.
Resto de galardones
El cine español también tuvo una destacada presencia en el palmarés, con varios títulos en la Sección Oficial. Entre ellos, Polvo Serán de Carlos Marqués-Marcet, un musical innovador sobre la eutanasia, que compartió la Espiga de Plata con Stranger Eyes de Yeo Siew Hua. La película, protagonizada por Ángela Molina y Alfredo Castro, sorprendió con canciones de María Arnal y coreografías de La Veronal, y los actores recibieron una mención especial por sus interpretaciones.
Otro título español premiado fue Salve María de Mar Coll, un thriller que aborda la maternidad desde una perspectiva inquietante, casi de terror. Laura Weissmahr se llevó el galardón a la Mejor Actriz por su magnética interpretación, una actuación que muchos consideran digna de una nominación al Goya a la Mejor Actriz Revelación. Asimismo, la ópera prima Fin de Fiesta de Elena Manrique se alzó con el premio Pilar Miró, destacándose como una sátira mordaz sobre el clasismo y el racismo.
El premio al mejor actor fue para Jan Gunnar Røise y Thorbjørn Harr, por sus papeles en Sex, dirigida por Dag Johan Haugerud. La película, que aborda temas como la masculinidad y la identidad de género, se centra en las conversaciones introspectivas de dos personajes tras experiencias que ponen en duda su percepción de sí mismos. La interpretación sutil y contenida de ambos actores fue clave para el impacto emocional del filme.
En el apartado técnico, la Seminci reconoció el trabajo de Telmo Churro y Pedro Filipe Marqués en el montaje de Grand Tour, de Miguel Gomes, película que ya había destacado en Cannes, y la exquisita fotografía de Gao Weizhe en Black Dog. El cine independiente estadounidense también tuvo su espacio, con Christmas Eve in Miller’s Point de Tyler Taormina ganando el premio Fipresci, y Bob Trevino Likes it de Tracie Laymon llevándose el reconocimiento del público.
El premio Pilar Miró al mejor nuevo director fue entregado a Elena Manrique por Fin de fiesta, una provocadora sátira sobre la inmigración y la xenofobia, consolidando así el papel del festival en la promoción de nuevos talentos en el cine español.
El premio DOC España fue para Caja de resistencia, un documental de Concha Barquero y Alejandro Alvarado que reivindica la dignidad de las familias afectadas por la dictadura franquista. Este y otros documentales premiados reflejan el compromiso del festival con la memoria histórica y la justicia social.
Momentos de la gala
La gala de clausura nos regaló también momentos de mucha emoción, especialmente durante los homenajes póstumos a Concha Velasco y Patricia Ferreira, dos mujeres que dejaron huella en la historia de la Seminci y del cine español. Emma Brasó Ferreira, hija de Patricia Ferreira, recibió la Espiga de Honor en nombre de su madre, reconociendo su contribución a la lucha por la igualdad de género en la industria cinematográfica. Las palabras de José Luis Cienfuegos, director del festival, resaltaron el legado de la directora, conocido por su compromiso social y su defensa de la igualdad en un sector históricamente dominado por hombres.
El tributo a Concha Velasco, presentado por Julia de Castro, fue otro momento destacado, con la proyección de imágenes de la actriz vallisoletana en ediciones anteriores del festival. La despedida a estas dos figuras icónicas en nuestro país fue un recordatorio de la conexión emocional que han tenido con el festival a lo largo de los años, y de cómo su trabajo y legado perdurarán.
Además, la 69ª edición de la Seminci no solo premió la calidad técnica y artística, sino que también fue un espacio para la reflexión social. Desde la Espiga Arco Iris, que reconoció Tres kilómetros hasta el fin del mundo del rumano Emanuel Parvu por su representación de temas LGTBI+, hasta la Espiga Verde para Caught By The Tides de Jia Zhangke, que aborda los desafíos de la sostenibilidad, el festival demostró una clara apuesta por el cine que invita a la discusión y la concienciación.
La película de clausura, Sing Sing de Greg Kwedar, cerró la edición con un mensaje de esperanza y transformación. El director, presente en la gala, destacó la importancia del cine como lenguaje común para conectar a las personas, y su deseo de que su filme, centrado en un grupo de presos que encuentran en el teatro un medio de escape y redención, inspire al público a mantener la esperanza en el poder del arte.
La 69ª edición de la Seminci se consolidó como un evento que va más allá de la proyección de películas; como un espacio para la memoria, la reivindicación y la reflexión. La mezcla de cineastas emergentes y consagrados, junto con una variedad de géneros y temáticas, asegura que Valladolid siga siendo un epicentro para la exploración y el disfrute del cine en su forma más pura y comprometida. El festival, que se despide este año con un tributo a la historia y una mirada hacia el futuro, deja la sensación de que el cine sigue siendo una herramienta poderosa para entender, desafiar y celebrar la complejidad de la vida.